No
bajamos al cañón donde esta el Camino del Inca, truncado por ahora, pues toca
hacer un puente que una las dos partes del rio que transita por ahí.
Después de
haber bebido Guarango en la casa de don Gonzalo, un joven que llego en su jeep,
pregunto por dos personas que estaba buscando.
Le dijimos que hacia una media
hora los habíamos visto por el sector.
Le preguntamos si el nos podría acercar a
la Panamericana, acepto y nos invito a su vehículo. Nos dejo en un paradero del
bus. Cerca de allí, había una enramada cubierta de plásticos, como un
invernadero de flores, como los que se encuentran en la zona. Se encontraba en
ese espacio, un grupo de tres personas, alrededor de una venta. Nos acercamos.
Uno de ellos saludo efusivamente a Pablo. Este no lo reconoció. El otro al
darse cuenta le recordó quien era. Le dijo: - soy Gonzalo, con quien hicimos el
reconocimiento del Camino del Inca hace un tiempo. Pablo le contesto” – hemos
estado en su casa tomando “Guarango”.
Nos reímos.
Me dio curiosidad lo que hacia la señora que era la dueña de la venta. Ella me
explico como preparaba sus empanadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario