Llegue a
la laguna de Yaguarcocha solamente pensando en la referencia que tenia de ser
un importante circuito de carreras, pero ella, me sorprendió con sus historias,
la razón de su nombre y su vinculo con los antepasados de la región.
Me
acerque a un restaurante y me encontré a don Rodrigo Ceballos, profesor de
ingles, pensionado pero director de una institución en Ibarra, el CECIM, filial
de Imbabura, Casa de La Mujer, coordinando programas de capacitación.
Conversamos de la laguna, de los cerros que la circundan, del pescado que nos
comimos, de las mujeres que son dueñas del restaurante.
Cuando nos fuimos de
regreso a Ibarra, le dije que estaba programado para viajar a Cayambe a conocer
el “cantón” de Pablo Guaña.
Sin embargo, al regreso a Ibarra, buscamos ir a un sitio donde vendieran un cafe, orientándome hasta pasar por frente de su institución, lugar donde le hice este registro:
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