Al
preguntar a los vecinos del bus o carro como lo llaman por estos lados, un
vecino de puesto, del otro lado, me dijo que el se quedaba en Ibarra y me ofreció
colaborarme en donde me podría hospedar. Me dijo que nos quedaríamos en el
sitio que llaman “El Motorista”. Allí paro un taxi y me hizo subir, diciéndole al
conductor que me llevara a un buen hotel. Esto hizo el taxista, dando la vuelta
a la manzana, dejándome en el hotel Turístico. No lo pensé dos veces. Me hospede aquí. Después
de organizarme en la habitación, baje al comedor y tome una sopa. No mas.
Estaba cansado y quería dormir.
Al
otro día después de un desayuno con huevos tibios, salí a conocer. Camine hasta
un parque cercano y vi un bus de color azul, grande y sin preguntar para donde iría,
me subí. Me senté al lado de una señora que resulto ser corredora de finca
raíz. Me dijo que era de Loja y que llevaba un buen tiempo viviendo en esta
bella ciudad.
Ibarra
me gusto por su orden, su aseo y la cordialidad de las personas. Me baje del
bus con ella, doña Blanca Eraso, le compartí la dirección del blog y ella me
dio su teléfono. Me conto que conocía varios colombianos que eran buenos
amigos. Seguí y me encontré con la iglesia Basílica de La Dolorosa. Camine y resolví
devolverme hacia el hotel después de unas tres horas de recorrer la ciudad.
Ibarra Ecuador |
Pase por la plaza de la Merced y seguí hasta encontrar una tienda de frutas
donde compre unas. Me encontré por el camino con un obelisco que me sorprendió.
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