lunes, 26 de marzo de 2012

Andando por Ibarra


Al preguntar a los vecinos del bus o carro como lo llaman por estos lados, un vecino de puesto, del otro lado, me dijo que el se quedaba en Ibarra y me ofreció colaborarme en donde me podría hospedar. Me dijo que nos quedaríamos en el sitio que llaman “El Motorista”. Allí paro un taxi y me hizo subir, diciéndole al conductor que me llevara a un buen hotel. Esto hizo el taxista, dando la vuelta a la manzana, dejándome en el hotel Turístico.  No lo pensé dos veces. Me hospede aquí. Después de organizarme en la habitación, baje al comedor y tome una sopa. No mas. Estaba cansado y quería dormir. 
 Al otro día después de un desayuno con huevos tibios, salí a conocer. Camine hasta un parque cercano y vi un bus de color azul, grande y sin preguntar para donde iría, me subí. Me senté al lado de una señora que resulto ser corredora de finca raíz. Me dijo que era de Loja y que llevaba un buen tiempo viviendo en esta bella ciudad.
Ibarra me gusto por su orden, su aseo y la cordialidad de las personas. Me baje del bus con ella, doña Blanca Eraso, le compartí la dirección del blog y ella me dio su teléfono. Me conto que conocía varios colombianos que eran buenos amigos. Seguí y me encontré con la iglesia Basílica de La Dolorosa. Camine y resolví devolverme hacia el hotel después de unas tres horas de recorrer la ciudad. 

Ibarra Ecuador
Pase por la plaza de la Merced y seguí hasta encontrar una tienda de frutas donde compre unas. Me encontré por el camino con un obelisco que me sorprendió. 

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