De regreso después de haber
huido del frio extremo, donde sentí que se me congelaban las orejas, en un
sitio a la mitad del camino, nos encontramos con unas águilas que estaban en su
cortejo y se perseguían, jugando en el aire.
La vida es amor y vida no importa cuan larga sea, cuando las cosas que parecen fuera de contexto (parafraseando a Neruda), se realizan tranquilamente. Con esta introducción quiero preparar al lector en lo que sigue: Al llegar a La Paz, una de las primeras cosas que hice fue comprar un Chip o Sim Card, como se dice en Colombia.
El asunto es que para que funcionara toca ir a la oficina principal de la empresa de celulares. Era sábado y por teléfono me informaron que podía ir a una sede ubicada en un sitio de cines, muy moderno y bonito, en la avenida Arce. Llegue allí y el funcionario, un joven, que me dijo que había estado en Colombia y que le gustaba mucho, el se llama Carlos Canales.
Pero no pudo ayudarme y me ofreció que el lunes siguiente me atendía. Le ofrecí que llevaría cafe colombiano para tomarnos un cafe tinto. Al salir de esta oficina, tome un taxi con la intención de buscar una tipografía donde imprimir unas tarjetas con la dirección del blog. Le comente al conductor que me había pasado y para mi sorpresa, este nuevo amigo, me presto su chip por varios días. A partir de allí me ofreció me hacia un tour por los sitios interesantes de La Paz.
En el hotel donde me hospede, también funciona una agencia operadora de turismo y allí me ofrecieron un paseo por el centro de la ciudad y otro por el sur. Acepte realizarlos pues me parecieron muy económicos. Le advertí a Humberto que haría el recorrido con el al siguiente día después de los paseos que yo ya había concretado.
El asunto es que para que funcionara toca ir a la oficina principal de la empresa de celulares. Era sábado y por teléfono me informaron que podía ir a una sede ubicada en un sitio de cines, muy moderno y bonito, en la avenida Arce. Llegue allí y el funcionario, un joven, que me dijo que había estado en Colombia y que le gustaba mucho, el se llama Carlos Canales.
Pero no pudo ayudarme y me ofreció que el lunes siguiente me atendía. Le ofrecí que llevaría cafe colombiano para tomarnos un cafe tinto. Al salir de esta oficina, tome un taxi con la intención de buscar una tipografía donde imprimir unas tarjetas con la dirección del blog. Le comente al conductor que me había pasado y para mi sorpresa, este nuevo amigo, me presto su chip por varios días. A partir de allí me ofreció me hacia un tour por los sitios interesantes de La Paz.
En el hotel donde me hospede, también funciona una agencia operadora de turismo y allí me ofrecieron un paseo por el centro de la ciudad y otro por el sur. Acepte realizarlos pues me parecieron muy económicos. Le advertí a Humberto que haría el recorrido con el al siguiente día después de los paseos que yo ya había concretado.
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