domingo, 13 de mayo de 2012

Los hoteles


Llegar a cada ciudad nueva es una permanente aventura. El primero, en Guaduas, pensé por ser una casa muy antigua, tendría molestia por presencias. Lo disfrute mucho. En Cali, al llegar a la ciudad, estaba muy cansado y le pedí  al conductor que me llevara a un sitio cercano a la terminal y estuve en uno que tambien tenia servicio por ratos. Su internet era lento, pero me sirvio. En Popayan encontre uno cercano a la terminal, pero era muy modesto y finalmente me sirvio. En Pasto, el hotel era elegante, organizado y tenia buen wi fi. En Pupiales a 10 minutos de Ipiales, fue un hotel casero y agradable, en medio del frio que se siente en este sitio a 3100 metros sobre el nivel del mar. En Ibarra, el hotel estricto con los horarios, bueno. En Cayambe disfrute el sitio. En Quito vivi esta ciudad en el apartamento que me facilito Pablo Guaña, a quien le agradezco su atencion. En Cuenca, no calcule bien el tiempo de llegada y me toco una policia de compañera de viaje y me advirtio que tenia que buscar un hotel cerca de la terminal por seguridad. Al otro dia cambie y me fue bien. Al llegar a Loja, me correspondió uno que casi cambio, pues ofrecí internet y me queje. Mientras viaje a Vilcabamba, resolvieron la situación y me quede allí.
En Macara me molesto que en un restaurante donde quise comer, me estaban cobrando cinco veces el valor de una comida normal. Este detalle me hizo abandonar la ciudad rápidamente al otro día.
Cuando ingrese a territorio Peruano, llegue hasta la ciudad de Piura. Me hospede en un hotel bonito, una casa vieja remodelada. La atención, el servicio, la comida que me ofrecieron fue buena. Con lo que no contaba era con un fantasma que me molesto una noche. Allí actualice el blog, pero viaje trasnochado al día siguiente. En Trujillo, estuve en un hotel en un sitio muy central. Estuve muy encerrado, con gran desconfianza, que la indujo la empresa de transporte que me trajo desde Piura, pues me llevaron en un vehículo especial, por seguridad. Parece que la ciudad es así.
En Lima no conte con suerte con internet y como llegue en Semana Santa, decidí aportar poco al blog.
En Cusco, me toco la "joya de la corona", pues me ofrecieron sus servicios de manera que resulto una especulación, su internet, lentísimo, mal servicio en la habitación. Me aguante por el sitio donde se encontraba pues estaba a dos cuadras de la Plaza de Armas.
En Puno, el hotel que le pedí al conductor me llevara, cerca de la municipalidad, resulto con el mejor internet que me ha correspondido en todo el trayecto y las personas que atienden allí, lo hacen de manera sencilla y efectiva. Me ofrecieron con mucha amabilidad ir a las islas en el gran Lago de Titicaca.
El hospedaje en la isla de Amantaní fue muy bueno. La casa sencilla de Catalina fue una sorpresa por su atención y cuidado. Su comida, la manera de presentar sus cosas la hace virtuosa en sus servicios.
  
Creo, confirmé el imaginario de mafiosos o de personas poco confiables de los colombianos.
Me esculcaron la maleta en Hostal Nuevo Sol de La Paz, sin comentario o justificación. Ya reclame y no tengo satisfacción.

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