Despues de haber recorrido desde la frontera, donde la arena aparece, llegar a una ciudad calurosa, hermosa y organizada.
No he hecho referencia de los sitios donde me he hospedado, pero en este caso lo quiero hacer, no para quejarme de su servicio, ni su atención, sino para comentar un extraño incidente, pues lo único que no me advirtieron cuando acepte hospedarme en este hostal, Las Arenas, que hace muy buena referencia al entorno regional de la ubicación de la ciudad, fue la existencia de una presencia, o fantasma que no me dejo dormir una noche. Las otras, no. Pero me disgusto usar su piscina, disfrutar su menú, y la atención de las personas.
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