Después de salir, nos propusimos ir a la sede antigua de los masones de Chile. Llegamos tarde. Ya habían cerrado. Había una lista de sitios importantes incluidos para ser visitados en este día. Ellos conocedores de su ciudad, me preguntaron si conocía el sector de Londres. Claro apenas llevaba pocos días en Santiago, y era muy difícil que hubiese estado en ese lugar. Era cerca y fuimos caminando en medio de unas calles mojadas por la tenue lluvia que había caído durante casi todo el día. Así que con la cámara lista, cada uno registraba lo que le parecía.
Me sorprendió ver el lugar, con un urbanismo particular y la arquitectura de los edificios que van aportando sus formas, haciendo de este entorno, algo propio. Llegamos a un edificio en donde en su frente, en el piso, sobre la acera, llena de adoquines y algunos, no pocos, tenían nombres. Estos corresponden a las personas muertas en el periodo de Pinochet. En este edificio, me decían que todos sabían que allí, torturaban y mataban. Pero ya había pasado las 5 de la tarde y no se pudo entrar.
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