Llegar a cada ciudad nueva es
una permanente aventura. El primero, en Guaduas, pensé por ser una casa muy
antigua, tendría molestia por presencias. Lo disfrute mucho. En Cali, al llegar
a la ciudad, estaba muy cansado y le pedí al conductor que me llevara a un sitio cercano
a la terminal y estuve en uno que tambien tenia servicio por ratos. Su internet
era lento, pero me sirvio. En Popayan encontre uno cercano a la terminal, pero
era muy modesto y finalmente me sirvio. En Pasto, el hotel era elegante,
organizado y tenia buen wi fi. En Pupiales a 10 minutos de Ipiales, fue un
hotel casero y agradable, en medio del frio que se siente en este sitio a 3100
metros sobre el nivel del mar. En Ibarra, el hotel estricto con los horarios,
bueno. En Cayambe disfrute el sitio. En Quito vivi esta ciudad en el
apartamento que me facilito Pablo Guaña, a quien le agradezco su atencion. En
Cuenca, no calcule bien el tiempo de llegada y me toco una policia de compañera
de viaje y me advirtio que tenia que buscar un hotel cerca de la terminal por
seguridad. Al otro dia cambie y me fue bien. Al llegar a Loja, me correspondió
uno que casi cambio, pues ofrecí internet y me queje. Mientras viaje a
Vilcabamba, resolvieron la situación y me quede allí.
En Macara me molesto que en un
restaurante donde quise comer, me estaban cobrando cinco veces el valor de una
comida normal. Este detalle me hizo abandonar la ciudad rápidamente al otro
día.
Cuando ingrese a territorio
Peruano, llegue hasta la ciudad de Piura. Me hospede en un hotel bonito, una
casa vieja remodelada. La atención, el servicio, la comida que me ofrecieron
fue buena. Con lo que no contaba era con un fantasma que me molesto una noche.
Allí actualice el blog, pero viaje trasnochado al día siguiente. En Trujillo, estuve
en un hotel en un sitio muy central. Estuve muy encerrado, con gran
desconfianza, que la indujo la empresa de transporte que me trajo desde Piura,
pues me llevaron en un vehículo especial, por seguridad. Parece que la ciudad
es así.
En Lima no conte con suerte
con internet y como llegue en Semana Santa, decidí aportar poco al blog.
En Cusco, me toco la
"joya de la corona", pues me ofrecieron sus servicios de manera que
resulto una especulación, su internet, lentísimo, mal servicio en la
habitación. Me aguante por el sitio donde se encontraba pues estaba a dos
cuadras de la Plaza de Armas.
En Puno, el hotel que le pedí
al conductor me llevara, cerca de la municipalidad, resulto con el mejor
internet que me ha correspondido en todo el trayecto y las personas que
atienden allí, lo hacen de manera sencilla y efectiva. Me ofrecieron con mucha
amabilidad ir a las islas en el gran Lago de Titicaca.
El hospedaje en la isla de
Amantaní fue muy bueno. La casa sencilla de Catalina fue una sorpresa por su atención
y cuidado. Su comida, la manera de presentar sus cosas la hace virtuosa en sus
servicios.
Creo, confirmé el imaginario
de mafiosos o de personas poco confiables de los colombianos.
Me esculcaron la maleta en
Hostal Nuevo Sol de La Paz, sin comentario o justificación. Ya reclame y no tengo satisfacción.
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